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"Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”.
Artículo 47 de la Constitución Española.
Buscando captar la atención de los medios y de la población, creamos un acción en torno al concepto #ViviendaesDerecho que, a través de la deconstrucción del popular juego inmobiliario Monopoly, nos pemitió lanzar mensajes que le daban la vuelta la lógica financiera y especuladora, exponiendo los obstáculos para el acceso y disfrute del derecho a la vivienda que enfrenta la población española. La acción, que se inició en las redes sociales y la web de Amnistía Internacional España, contó con la difusión de distintos prescriptores afines a la ONG, con un envío a diputados y una acción de street marketing frente al congreso.
El 3 de octubre, Día Mundial del Hábitat, se envió a los portavoces de los grupos políticos en las comisiones de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana de Congreso y Senado, una tarjeta con las tres prioridades clave a reforzar en la futura Ley de Vivienda: límites al incremento de precios para todos los contratos de alquiler en las zonas tensionadas, protección ante desalojos para que ninguna persona quede en la calle como consecuencia, e incrementos concretos anuales del porcentaje de vivienda social hasta alcanzar la media europea, como mínimo. Semanas antes, se había iniciado la recogida de firmas a través de las redes sociales de Amnistía Internacional.
Una vuelta completa a este tablero de juego, permitía a cualquiera, tomar conciencia de la problemática del acceso a la vivienda en nuestro país. Del coste de los alquileres, de la vivienda social o mejor dicho, de su inexistencia, del más de medio millón de desalojos llevados a cabo en 10 años, de las condiciones de vida y los suministros, y de cómo todo esto afecta más a mujeres y jóvenes. De Madrid a San Sebastián, pasando por Barcelona, cada casilla contaba con datos, los problemas reales de barrios y calles reales.
Los medios ofrecen datos sin contexto que no informan al ciudadano. Una cifra por sí sola no dice nada. Por eso, cuando un dato sobre el precio de la vivienda lo asocias a una calle por la que caminas, a un barrio que frecuentas, el interés es otro, la comprensión es mayor. Porque esos datos tiene rostros, y algunos de ellos, afectados por los desahucios y por la falta de vivienda social, se sumaron a la acción de Amnistía Internacional para reivindicar que #ViviendaEsDerecho.
Durante tres horas pudimos extender nuestro tablero de 5x5m, Amnistía atendió a toda la prensa convocada y pudo conectarse al Telediario en directo, y a la gente que se acercaba a curiosear, les ayudamos a tomar conciencia de que la vivienda es un derecho y a hacerse selfies, por supuesto. Esta acción volverá a tomar las calles para reivindicar que la Ley de Derecho a la Vivienda no deje a nadie atrás.
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